Una mirada intensa, media sonrisa en los labios, y una caricia en la mejilla. A veces olvidamos el poder de algunos gestos.
Hay miradas que te hacen sentir el ser más especial que camina sobre la Tierra. Hay gestos muy dulces que hacen que te recorra un escalofrío. Hay palabras que, no por lo que dicen sino por cómo se dicen, hacen que todo tu mundo se vuelva del revés.
Deberíamos rodearnos de las personas que nos regalan estos gestos, y no dejarlas escapar nunca.
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